El carnicero: un oficio al que ayudamos en Bernad

El carnicero: un oficio al que ayudamos en Bernad

En Bernad ofrecemos un amplio catálogo de productos y herramientas necesarias para cualquier carnicero profesional. De hecho, en nuestra tienda online contamos con el llamado «Rincón del carnicero» donde se pueden adquirir. Aquí puedes ver esta sección.

Hablamos de una profesión tan antigua como valiosa ha aportado a la industria de la alimentación. Y cuando hablamos de antigua, realmente queremos decir antigua. Algunos de los momentos más importantes que ha tenido esta profesión, para hacernos una idea, datan de la época romana y se distribuyen a lo largo de los siglos dejando huella en la Edad Media -época en la que se abrió el primer establecimiento de venta de carne, más concretamente en París-, el Renacimiento y un largo etcétera hasta llegar a nuestros días.

El oficio de carnicero : Un poco de historia

Como ya dijimos antes, la historia de los carniceros se remonta a muchos siglos atrás. En Atenas se originó y en Roma tuvo una continuación más formal y con mayor reconocimiento público. Desde entonces, el oficio de carnicero ha ido ganando adeptos y reconocimientos durante siglos, como ocurrió en el XIV y el XV francés, dos épocas en las que incluso el oficio era hereditario.

¿Y en España?

La profesión de carnicero era muy distinta a principios del siglo XX y durante la primera mitad a como la conocemos hoy en día. No solo el sector se ha ido actualizando, sino también los profesionales que ejercen en él día a día.

En España, la figura del tablajero es un carnicero reconocido por su capacidad y destreza al destazar cortes como carne para guisado, pedazos para hornear o filetes. Esto se daba por su profundo conocimiento de la anatomía del animal a destazar, así como sus músculos y estructura. Desde los años 40 era necesario solicitar y renovar un carnet especial de tablajero para ejercer la profesión y vender las carnes. Este carnet es el antecedente del certificado que se expide como manipulador de alimentos.

Poco a poco, las funciones del carnicero aumentan hasta elaborar derivados cárnicos, ya sea de porcino u otras especies. Incluso la mujer empieza a jugar un papel importantísimo con el tiempo hasta desempeñar la profesión de ternerera, cuya especialidad es el despiece fino realizado con delantales con puntillas y manguitos de color blanco para simbolizar frescura, pureza y limpieza.

Aptitudes del carnicero

Si en la primera mitad del siglo XX no se poseían cámaras frigoríficas para almacenar las carnes, a partir del año 1984 ya es obligatorio su uso, mismas que también han evolucionado. El carnicero se ha vuelto un especialista en la conservación de carne incluso antes de que existieran estas cámaras.

Entre las funciones del carnicero están cortar y envasar la carne para su exportación y venta, ya sea en pequeños comercios o en cadenas de supermercados y establecimientos de restauración. Para realizar su labor, son especialistas en la manipulación de equipos mecanizados tanto para cortar, como para afilar cuchillos, por ejemplo, con las afiladoras.

También son responsables de la limpieza de las áreas de trabajo y las herramientas, con lo que una capacitación en higiene y uso de aparatos específicos como lavabotas o lavamanos, y manipulación de alimentos de manera sana y limpia es fundamental. El uso de ropa especial, guantes y gorro es clave para mantener la calidad en el alimento.

Un carnicero debe tener una serie de características para ejercer perfectamente su labor, desde la higiene hasta precisión para cortar, fuerza para levantar piezas pesadas, habilidades para llevar diferentes pesos y tamaños o para evitar sufrir alergias cutáneas. Importante en la historia y en nuestra actualidad, esta profesión sigue evolucionando. ¿Qué le deparará en el futuro?