Tipos de cebolla más comunes y su utilización en la cocina

Tipos de cebolla más comunes y su utilización en la cocina

Existen muchos tipos de cebolla en el mercado y es conveniente conocerlos para poder condimentar, de forma adecuada, el variado número de platos que pueden prepararse con este ingrediente.

La cebolla es un alimento imprescindible en la dieta mediterránea y su uso en la cocina es casi obligatorio para dotar a cualquier plato de un sabor único y especial. Tiene muchas posibilidades de consumo, condimentando carnes, pescados o arroces, entre otros muchos.

 

Este ingrediente ofrece una gran diversidad de sabores y gracias a la variedad de especies que existen se podrá dar un toque más dulce o no, dependiendo de la receta que se vaya a elaborar. Por suerte, todas pueden encontrarse, de forma fácil, en cualquier supermercado durante todo el año, porque las cebollas se conservan por largo período de tiempo y son cultivadas en cualquier época.

Cabe destacar que la cebolla recogida en primavera o verano y que está disponible a la venta desde marzo hasta agosto, tiende a tener un sabor más suave y dulce. Por el contrario, las cebollas cosechadas en otoño o invierno, aunque provienen de la misma planta que las anteriores, se dejan madurar debajo del suelo algunas semanas más. Esto conlleva que su piel sea más gruesa y aporten un sabor más picante.

Tipos de cebolla más conocidas

A continuación se detallan las diferentes variedades existentes de cebolla que más se utilizan en la cocina y los usos gastronómicos que pueden darse::

– La cebolla amarilla o dulce es la más utilizada y la que más versatilidad ofrece. Se caracteriza por su color amarillo tirando a marón. Debido a la presencia de azúcar en su contenido, es más dulce e indicada para freír y asar.

– La cebolla morada o roja es la que tiene el sabor más suave, aunque a veces deja un toque picante. Es la más recomendada para consumir en crudo, además de aportar un extra en el color de cualquier ensalada, tacos, sandwich o ceviche.

– La cebolla blanca tiene la piel más fina y es algo más grande de aspecto que la cebolla amarilla. Su sabor es más suave y su textura más crujiente. Es ideal para incluir en cualquier salteado con verduras, para pizzas o para freír.

– La cebolleta es larga y delgada y se suelen vender en racimos. Tienen un sabor más suave y dulce que la cebolla común amarilla. Al igual que la cebolla morada, es recomendada para comer en crudo por su jugosidad y resultar crujiente en cada bocado. Picando su tallo se potenciará el sabor de guisos, semejante a la función del cebollino o el perejil. Como plato estrella se puede nombrar la tortilla de cebolleta con un estupendo sabor.

– La chalota es un clásico en la cocina francesa. Este tipo de cebolla tiene un sabor más suave y resulta ideal para platos en los que predominan otros ingredientes, para no restarles el protagonismo necesario. Así se aconseja utilizar en recetas de marisco o elaboradas con huevo. El pollo al horno, utilizando esta variedad, conseguirá el punto adecuado.

Formas de cocinar la cebolla

La cebolla se puede tomar tanto en crudo como guisada. Para que tener unas nociones básicas, se proponen algunos consejos de elaboración:

– La cebolla cruda es ideal para incluir en ensaladas o tentempiés fríos como sandwich.

– La cebolla frita le da un toque original a cualquier plato de carne o pescado, además de ser un buen acompañante en cualquier ensalada.

– La cebolla cocida es muy común en guisos y sofritos, sin importar si son de carne, pescado o marisco.

– La cebolla encurtida resulta favorable para complementar cualquier aperitivo.

Como se puede comprobar existen muchos tipos de cebolla para todos los gustos. El truco está en indagar y experimentar en la cocina con todas ellas.